Casa La Cuenca

El diseño emergió como un diálogo entre las formas geológicas de las rocas milenarias del lugar y una geometría de fluidez y resonancia que levita en el aire. Un levantamiento detallado de las rocas del lugar nos inspiró por su formación triangulada. La intención de crear un movimiento de vórtice evolucionó y se consolidó en la forma de tres espirales concéntricas, cada una expresada por una viga curva en bambú, creando así tres techos interconectados y traslapados. La vivencia de esta espacialidad es la de un gesto de transformación entre las rocas en el suelo y las espirales en el techo, las cuales encuentran simetría al juntarse en un óculo traingulado en el zenith de la estructura.

 

A través de columnas que sostienen las vigas en espiral, este gesto unifica la realidad de los flujos estructurales, las características únicas del terreno, y las oportunidades de vivencia del entorno natural. Se crean así grupos de columnas que determinan espacios habitables con plataformas para comer, áreas para sentarse en familia, almacenajes, despensas, y mesones de cocina, etc.

 

Al recorrerse el entorno, el techo se siente como parte de la naturaleza circundante, y el interior como una apertura en el paisaje. La frescura del interior se mantiene por una brisa suave generada entre los traslapos del techo. Este mismo flujo atmosférico está expresado visualmente en el cielo interior, como una gran textura de espirales en lata de guadua.